Los discursos parlamentarios de Práxedes Mateo-Sagasta

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Legislatura: 1891-1892 (Cortes de 1891 a 1892)
Sesión: 18 de enero de 1892
Cámara: Congreso de los Diputados
Discurso / Réplica: Discurso
Número y páginas del Diario de Sesiones: 113, 3297-3298
Tema: Continúa la interpelación sobre la crisis ministerial

El Sr. SAGASTA: Pido la palabra.

El Sr. PRESIDENTE: La tiene S. S.

El Sr. SAGASTA: Voy a decir muy pocas palabras, porque temo mucho molestar demasiado al Congreso; pero los Sres. Diputados comprenderán que no puedo dejar sin respuesta las que acaba de pronunciar mi querido amigo particular el Sr. Martos y las que antes pronunció el Sr. Ministro de Ultramar.

Al Sr. Ministro de Ultramar le diré sencillamente que estaba equivocado; que yo no dije que para aquella combinación fuera necesario que S. S. hiciera declaraciones; sino que para cuando llegara el caso de que la combinación pudiera verificarse, era conveniente, aun al interés mismo de una y otra parte de las contratantes, que por lo que públicamente hubiera ocurrido en el Parlamento se viese que la cosa era lógica, natural y hasta necesaria.

Voy ahora a rectificar al Sr. Martos, y me parece que no he podido hacerlo en menos palabras al señor Ministro de Ultramar.

Al hablar yo de aquellos que se habían ido de un partido a otro, que se habían separado de nosotros porque por lo visto estaban mal con nosotros, y claro está que siendo así, nosotros no podíamos estar bien con ellos? (El Sr. Ministro de Estado: Ni mal ni bien; es que no estaban conformes.) Estarían mal por no estar conformes.

Decía que al hablar de ésos no podía referirme ni al Sr. Martos ni a sus amigos; y para explicar bien cómo aprecio yo estas diferencias, no encuentro medio mejor que valerme, con permiso del Sr. Presidente de la Cámara, de unas palabras por S. S. empleadas. Aquellos a quienes yo me refería, estaban fuera del partido liberal y sirviendo al partido contrario per se, mientras que el Sr. Martos y sus amigos no servían al partido contrario y estaban fuera de nuestro partido per accidens. (Risas.). De manera que la honesta distancia que media, puede irse acortando poco a poco, y por último desaparecer por actos de coincidencia. Los liberales y los demócratas somos hoy todos unos, y por virtud de esas coinci-[3297] dencias es como se realiza la unión de los hombre que en política piensan de igual manera. Por consiguiente, mis palabras no iban encaminadas a los que están separados de partido per accidens, sino a los que lo están per se.

El Sr. Ministro de ESTADO (Duque de Tetuán): Pido la palabra

El Sr. PRESIDENTE: La tiene S. S.

El Sr. Ministro de ESTADO (Duque de Tetuán): Señores Diputados, concluye esta discusión en la forma lamentable que puede apreciar la Cámara y concluye trayéndola a este punto el digno jefe del partido liberal. Per se, efectivamente; per se, sin duda, formo parte del Gobierno, como afirma el Sr. Sagasta, como per se S. S. procedía cuando, por resultado de sus conspiraciones, se asesinaba en las calles de Madrid a dignos oficiales de Artillería?(Guertes rumores y protestas en la izquierda impiden oír las últimas palabras del orador).

El Sr. PRESIDENTE: (Agitando fuertemente la campanilla) ¡Orden, Sres. Diputados, orden!

El Sr. SAGASTA: ¿Tengo la palabra, Sr. Presidente?

El Sr. PRESIDENTE: Sin duda por el tumulto que ha reinado en el salón, no ha oído S. S. que el Presidente le concedía la palabra. Puede, por consiguiente S. S. hacer uso de ella, y espero que será oído S. S. con silencio por todos los lados de la Cámara.

El Sr. SAGASTA: Para decir, sencillamente, que como contestación a las palabras prudentísimas que acaba de pronunciar el Sr. Ministro de Estado, me basta con la protesta universal con que han sido recibidas. (Muy bien, muy bien, en las minorías.)



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